Вместо флейты подымем флягу...
Paul seguía mirando a la rubia Princesa. Inclinándose hacia su madre, dijo en voz baja:
—Esa es Irulan, la mayor, ¿no?
—Sí. Chani se situó al otro lado de Paul.
—¿Quiere que me retire, Muad’Dib? —dijo. Él la miró.
—¿Retirarte? Tú nunca te apartarás de mi lado.
—No existe nada entre nosotros que nos ate —dijo Chani. Paul la siguió mirando en silencio por un momento.
—Usa tan sólo el lenguaje de la verdad conmigo, mi Sihaya —dijo luego. Chani fue a responder, pero Paul apoyó un dedo en sus labios—. El lazo que nos une nunca podrá ser desatado. Ahora, observa atentamente lo que ocurra aquí, porque luego quiero volver a ver esta sala a los ojos de tu sabiduría.
—Esa es Irulan, la mayor, ¿no?
—Sí. Chani se situó al otro lado de Paul.
—¿Quiere que me retire, Muad’Dib? —dijo. Él la miró.
—¿Retirarte? Tú nunca te apartarás de mi lado.
—No existe nada entre nosotros que nos ate —dijo Chani. Paul la siguió mirando en silencio por un momento.
—Usa tan sólo el lenguaje de la verdad conmigo, mi Sihaya —dijo luego. Chani fue a responder, pero Paul apoyó un dedo en sus labios—. El lazo que nos une nunca podrá ser desatado. Ahora, observa atentamente lo que ocurra aquí, porque luego quiero volver a ver esta sala a los ojos de tu sabiduría.